El segundo
taller a Cuatro Manos tuvo momentos intensos.
Vinieron
María y sus dos niños, Mariano y su niña, Pablo y su hija y Laura, con su hijo
Agustín.
Los grandes
nos zambullimos en una consigna desafiante, onírica esta vez, disparatada y
feliz: una invitación al vuelo de las imágenes y las palabras.
Salieron
textos alucinantes - los autores son los primeros sorprendidos, siempre-, plenos
de paisajes y situaciones fantásticas. Textos que
apuntan a una zona absurda, loca, irracional de la literatura.
Nos divertimos mucho.
Y también hicimos
taller: comentamos el modo de encarar la escritura de
cada uno, el modo de resolver los distintos problemas/desafíos de la consigna, pulimos cuestiones a pulir en cada trabajo.
Los chicos
dibujaron y pintaron mucho. Ilustraron de un modo caprichoso (también) las ocurrencias de
padres y madres. Y además jugaron a juegos que inventaron ellos.
Compartimos
mates y una charla sobre literatura infantil que alguien propuso y que generó
más preguntas, pareceres y comentarios.
Y nos
quedamos con ganas de más: más taller, más juegos compartidos, más libritos
para hacer (Pablo y su hija están haciendo un nuevo libro a partir del sábado).
Y por suerte habrá más.
A fin de julio. No se lo pierdan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡A la Mujer Pulpo le encantaría leer tus comentarios!