martes, 14 de mayo de 2013

Taller en la escuela


Hoy fui a trabajar con quinto Bé. A pedido de la bibliotecaria, llevé La mujer rodeada de cosas, leí el cuento a unos treinta chicos y después trabajamos una consigna de escritura. 

Los chicos escucharon con mucho interés. Después comentamos algo del texto. Un grupo de chicas acordó en que a ellas les pasa algo similar: no saben qué ponerse. La maestra se sintió muy identificada con el personaje. Un nene dijo que él elige para ponerse lo primero que ve. 

Después les propuse una consigna de escritura. Tenían que escribir dos listas: una, de las cosas que necesitan pero no tienen y otra de las cosas que no necesitan pero tienen.


Surgieron listados increíbles: había quienes dijeron necesitar armas, ¿qué? armas, decían. ¿Por qué? , preguntaba la maestra. Porque me gustan, era la respuesta. Otro fue más específico: cuatro armas, dijo, dos ametralladoras y dos revólveres. 

Otros, muchos, dijeron necesitar tiempo: un domingo más, tiempo para hacer lo que quiera, más tiempo para jugar con mis primos o tiempo a secas, sin especificar el para qué. 

Otros dijeron necesitar un hermano y alguno detalló: un hermano menor. Un nene puso en la lista de necesidades a su abuelo. 

Pero la necesidad más ominosa era la de artefactos electrónicos: un Ipad, la wii, la play fueron palabras muy repetidas. Y subrayo lo de necesidad porque también se los remarqué a ellos: necesitar no es lo mismo que querer. Y también comentamos que no todas tenían que ser cosas, objetos. En tal caso, estas ideas del tiempo o del hermanito contrarrestaron la "necesidad" tan pluralizada de artefactos. 

También hubo dos o tres que dijeron necesitar una empresa y más de uno declaró necesitar un jet privado. Es muy gracioso verlos tratar de argumentar la necesidad de un jet privado cuando ni siquiera andan solos en colectivo. 

Ojo que también hubo espacio para lo abstracto y lo poético: un espacio verde, un parque, tiempo libre, una amiga nueva, y el abuelo que ya mencioné antes.

En la lista de las no necesidades abundaron la tarea, la escuela y las hermanas menores. Alguien mencionó al padre (sí, lo siento, son crueles) pero no lo escribió en su lista.

Después les propuse escribir la historia de un personaje inventado por ellos que conseguía obtener lo que necesitaba o deshacerse de aquello que no necesitaba. Un texto breve que para contar cómo ese personaje había hecho lo que había hecho. (conseguir o deshacerse).

Las producciones fueron bien interesantes. Hay buenos narradores en quinto B: relatos con ritmo, con cierre, con humor. Relatos en algunos casos muy bien organizados, lógicos. En otros casos más caprichosos, pero siempre apuntando a un final. Buenos materiales para trabajar la escritura, una práctica bastante novedosa para la mayoría. 

La experiencia podría seguir avanzando y sería productiva en más de un sentido. No sólo por los temas que destraba (consumo, dinero, estereotipos…temas que nunca fueron retomados) sino también por la misma práctica tan necesaria de detenerse a pensar en lo realizado, el texto en este caso, a escucharse, a mirar lo que cada uno hizo… en fin: el taller en marcha.
¡Ojalá repitamos!

1 comentario:

  1. Muy bueno Gaby, que linda experiencia, me hizo acordar a mi primaria (6° y 7°grado) cuando escribíamos tanto... Muy buen tema disparador para soltar la creatividad, te felicito!
    Perla

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