Hoy fui a
trabajar con quinto Bé. A pedido de la bibliotecaria, llevé La mujer rodeada de cosas, leí el cuento a unos treinta chicos y después trabajamos una consigna de escritura.
Los chicos escucharon con mucho interés. Después comentamos algo del texto. Un grupo de chicas acordó en que a ellas les pasa algo similar: no saben qué ponerse. La maestra se sintió muy identificada con el personaje. Un nene dijo que él elige para ponerse lo primero que ve.
Los chicos escucharon con mucho interés. Después comentamos algo del texto. Un grupo de chicas acordó en que a ellas les pasa algo similar: no saben qué ponerse. La maestra se sintió muy identificada con el personaje. Un nene dijo que él elige para ponerse lo primero que ve.
Después les
propuse una consigna de escritura. Tenían que escribir dos listas: una, de las
cosas que necesitan pero no tienen y otra de las cosas que no necesitan pero
tienen.
Surgieron listados
increíbles: había quienes dijeron necesitar armas, ¿qué? armas, decían. ¿Por qué?
, preguntaba la maestra. Porque me gustan, era la respuesta. Otro fue más
específico: cuatro armas, dijo, dos ametralladoras y dos revólveres.
Otros,
muchos, dijeron necesitar tiempo: un domingo más, tiempo para hacer lo que
quiera, más tiempo para jugar con mis primos o tiempo a secas, sin especificar el para qué.
Otros dijeron necesitar un hermano y alguno detalló: un hermano menor. Un nene puso en la lista de necesidades a su abuelo.
Otros dijeron necesitar un hermano y alguno detalló: un hermano menor. Un nene puso en la lista de necesidades a su abuelo.
Pero la
necesidad más ominosa era la de artefactos electrónicos: un Ipad, la wii, la
play fueron palabras muy repetidas. Y subrayo lo de necesidad porque también se
los remarqué a ellos: necesitar no es lo mismo que querer. Y también comentamos que no todas tenían que ser
cosas, objetos. En tal caso, estas ideas del tiempo o del hermanito contrarrestaron
la "necesidad" tan pluralizada de artefactos.
También hubo
dos o tres que dijeron necesitar una empresa y más de uno declaró necesitar un
jet privado. Es muy gracioso verlos tratar de argumentar la necesidad de un jet privado cuando ni siquiera andan solos en colectivo.
Ojo que también
hubo espacio para lo abstracto y lo poético: un espacio verde, un parque,
tiempo libre, una amiga nueva, y el abuelo que ya mencioné antes.
En la lista
de las no necesidades abundaron la tarea, la escuela y las hermanas menores. Alguien
mencionó al padre (sí, lo siento, son crueles) pero no lo escribió en su lista.
Después les
propuse escribir la historia de un personaje inventado por ellos que conseguía
obtener lo que necesitaba o deshacerse de aquello que no necesitaba. Un texto
breve que para contar cómo ese personaje había hecho lo que había hecho. (conseguir
o deshacerse).
Las
producciones fueron bien interesantes. Hay buenos narradores en quinto B:
relatos con ritmo, con cierre, con humor. Relatos en algunos casos muy bien organizados,
lógicos. En otros casos más caprichosos, pero siempre apuntando a un final. Buenos
materiales para trabajar la escritura, una práctica bastante novedosa para la
mayoría.
La
experiencia podría seguir avanzando y sería productiva en más de un sentido. No
sólo por los temas que destraba (consumo, dinero, estereotipos…temas que nunca
fueron retomados) sino también por la misma práctica tan necesaria de detenerse
a pensar en lo realizado, el texto en este caso, a escucharse, a mirar lo que
cada uno hizo… en fin: el taller en marcha.
¡Ojalá
repitamos!
Muy bueno Gaby, que linda experiencia, me hizo acordar a mi primaria (6° y 7°grado) cuando escribíamos tanto... Muy buen tema disparador para soltar la creatividad, te felicito!
ResponderEliminarPerla